10 octubre, 2013

El nuevo rostro del café peruano a la luz del IV Censo Nacional Agropecuario



¿Cuál es el nuevo rostro de la caficultura peruana? ¿La pequeña agricultura (1) sigue siendo uno de los principales rasgos que la caracterizan? ¿Cuál es la situación actual de nuestro primer producto de agroexportación? Las respuestas a estas y otras interrogantes se encuentran en los datos finales del IV Censo Nacional Agropecuario 2012 (IV Cenagro), que publicó hace unas semanas el Instituto Nacional de Estadística e Información (INEI). 

En las últimas dos décadas, el café peruano se convirtió —gracias al esfuerzo de los pequeños productores— en el primer producto de agroexportación, ganándole el puesto al espárrago, cultivado en los grandes latifundios de las empresas agroindustriales de la costa. A pesar de una serie de problemas (climáticos, de índole tributaria, o de bajos precios), los caficultores, año tras año, han seguido apostando por el cultivo, convirtiéndose en un sector estratégico en la agricultura nacional.
 

Aumentaron las hectáreas de café 

Un primer dato que refleja la importancia del café es comprobar que la superficie dedicada al cultivo se duplicó en los últimos dieciocho años, si lo comparamos con los datos del Cenagro de 1994. En la actualidad, del total de 7’125,007 hectáreas (ha) de superficie agrícola que existen en el país, más de 425,416 ha (5.97%) están destinadas al café. Esta cifra duplica las 203,033 ha que señalaba el anterior censo agropecuario. 

Una tendencia similar se aprecia respecto al número de las unidades agropecuarias (UA) que se dedican al café. El actual censo registra un total de 2’213,506 UA, de las cuales 223,738 UA (10.11%) son de café. Esta cifra también es el doble de las 105,612 UA que existían en 1994. Estamos diciendo que la décima parte de las UA del país están destinadas a producir café. ¿A qué se debe este aumento en el número de hectáreas y unidades agropecuarias? Para encontrar una respuesta a esta interrogante, debemos dirigir nuestra mirada a los cambios ocurridos en las principales regiones cafetaleras. 

Los casos de Junín y San Martín 

 Al apuntar la mirada comprobaremos que Junín y San Martín son los departamentos donde se registra la mayor cantidad de superficie del cultivo del café. Por ejemplo, en 1994 existían en Junín más de 57,768 ha (28.45% del total nacional de hectáreas cafetaleras de ese entonces). El IV Cenagro registra un aumento de 87% en Junín: actualmente cuenta con 107,904 ha, esto es, 25.36% de la actual superficie cafetalera nacional. 

El caso de San Martín es más significativo porque de 1994 a 2012 aumentó de 17,378 ha a 93,688 ha; es decir, la superficie dedicada al café se quintuplicó en casi dos décadas. A escala nacional, San Martín pasó de tener un 8.5% (en 1994) a 22.02% (en 2012) de las hectáreas dedicadas al café. Una de las hipótesis del incremento en San Martín es que, en los últimos años, tanto el Gobierno central como los gobiernos regionales y los organismos internacionales intensificaron la implementación de programas de desarrollo alternativo donde se promovió el café como reemplazo del cultivo de la hoja de coca. De igual manera, el incremento de la infraestructura vial en San Martín y su articulación con ciudades de la costa ha significado una mayor oportunidad y mercados para la actividad agrícola. 

La atomización de la tierra en Cajamarca 

En los datos del IV Cenagro también resalta la situación del café en Cajamarca, una de las principales regiones cafetaleras, donde se ha producido un fuerte proceso de atomización de la tierra. Del total de UA dedicadas al café en el Perú, este departamento tiene la mayor cantidad: 58,379 UA (26.09%), una cifra que dobla los datos de 1994, cuando en Cajamarca existían 26,168 UA dedicadas a este cultivo. 

Sin embargo, esto no ha ido acompañado con un aumento similar en las hectáreas dedicadas al café. En Cajamarca, en estos últimos dieciocho años, la superficie solo aumentó en 60%, pasando de 45,430 ha en 1994 a 73,098 ha en 2012, lo cual ha provocado que actualmente las UA cajamarquinas manejen, en promedio, 1.25 ha, lo que evidencia la fuerte atomización de la tierra. 

¿Los productores piensan que el café es rentable? 

Ante este constante crecimiento de la actividad cafetalera, surge una pregunta: ¿la actividad agropecuaria les produce suficientes ingresos a los productores para atender sus gastos? Precisamente, esa es una de las preguntas que respondieron los encuestados en la cédula del IV Cenagro. Continuemos con el análisis de datos de algunos departamentos, por ejemplo San Martín, donde se ha quintuplicado la superficie cafetalera. Allí, en general y sin distinción de cultivos, en el sector de pequeña agricultura, contestaron la pregunta 76,261 productores, de los cuales 32,052 (42.03%) respondieron que sí les produce ingresos, mientras que 44,209 (57.97%) dijeron que no. 

Otro departamento simbólico para la producción cafetalera es Junín, especialmente en los valles de ceja de selva. En el segmento de pequeña agricultura de la zona selvática del departamento, 8,360 productores contestaron la pregunta, de los cuales 3,590 (42.94%) respondieron que sí les produce ingresos, mientras que 4,770 (57.06%) manifestaron que no. Estas cifras reflejan la autopercepción de pobreza que tienen los mismos agricultores acerca de los problemas de rentabilidad que atraviesan, lo que ocurre no solo en el sector cafetalero, sino también con otros cultivos. 

El café es de pequeña agricultura 

Para analizar la trascendencia del café en la actual agricultura peruana es necesario conocer su papel en la pequeña agricultura. Para ello, compararemos el café con otros cultivos de similares características: por ejemplo, con los cultivos permanentes (2) y con los de agroexportación. 

En el rubro de Cultivos Permanentes Industriales (CPI) —donde están la hoja de coca, el cacao, el espárrago, el olivo, la palma aceitera, entre otros—, el IV Cenagro incluye 717, 851 ha. De ese total, 425,416 ha —un 59 %— pertenecen al cultivo del café. El cultivo que le sigue es el cacao, con 144,232 ha (20.09%), el que, en la mayoría de casos, también es cultivado por las mismas familias cafetaleras. Si sumamos el porcentaje de ambos cultivos, podemos afirmar que dominan fuertemente, en casi 80%, el rubro de CPI de nuestro país. 

En este mismo rubro también resalta la característica de pequeña agricultura de las UA dedicadas al cultivo del café. Según datos del IV Cenagro, en el rubro de CPI, del total de 717,851 ha, alrededor de 508,069 ha (70.78%) pertenecen a UA de pequeña agricultura, de las cuales 333,190 ha (46.41% del total de CPI) están destinadas al cultivo del café. 

 Hay que señalar que una de las hipótesis que explican la atomización de las UA es que ella se debería al actual sistema de herencia de la tierra, donde la tendencia es dividir cada parcela en tantas partes como hijos tenga la familia agricultora. 

La urgencia de políticas agrarias cafetaleras 

Sin duda, el reconocimiento mundial que ha obtenido el café peruano, orgánico y especial, en los últimos años, se ha debido sobre todo a que los pequeños caficultores han decidido apostar por la asociatividad a través de las cooperativas agrarias. El éxito conseguido por los pequeños caficultores ha significado una bofetada a aquellas voces neoliberales que piensan que el agro se puede desarrollar únicamente con los latifundios o siembras a gran escala. 

Los pequeños cafetaleros han demostrado que no solamente la gran agricultura puede tener éxito en la exportación o generar empleo para cientos de miles de trabajadores. Los cambios que se han perfilado en el nuevo rostro de la caficultura peruana deben ser tomados en cuenta por las autoridades gubernamentales para diseñar, a partir de las reveladoras cifras del IV Cenagro, unas políticas agrarias que fortalezcan y desarrollen la iniciativa de las asociaciones y cooperativas cafetaleras. 

Notas 

1 Para el presente artículo, dentro de la clasificación de pequeña agricultura abarcamos también el minifundio. Según el IV Cenagro, minifundio es la unidad agropecuaria con menos de cinco hectáreas; y pequeña agricultura, aquella de cinco hasta 19.99 hectáreas. 

2 Son aquellos que se realizan a largo plazo y que en los primeros años de desarrollo son improductivos; luego producen cosechas durante muchos años. Por otra parte, los cultivos transitorios tienen un ciclo vegetativo menor de un año.


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