27 julio, 2010

¿A 10 años del Primer Mundo? Cuestionando algunas recetas de Desarrollo

No quiero ser aguafiestas. Yo sé que en estos momentos Gastón Acurio es uno de los peruanos más reconocidos y admirados del país. Que su palabra es casi ley para sus miles de fans y que cualquier crítica hacia su trabajo (de revaloración de la cocina peruana) o a su discurso, es como si fuera una afrenta hacia el país mismo. Pero eso no implica que pasen desapercibidas sus recientes declaraciones en una entrevista concedida al conservador diario El Comercio. Y que nos sirvan para abrir el debate sobre los paradigmas de “Desarrollo” que la clase política está siguiendo en el país.
“Debemos ser responsables para que en diez años el Perú esté en el Primer Mundo. Para poder lograrlo debemos crecer 10% en los próximos años, y eso no es imposible.” (Gastón Acurio, Diario El Comercio, 25 de julio 2010)

¿Qué significa estar en el Primer Mundo? ¿Realmente el Perú está en el Tercer mundo y el único camino natural e histórico es “avanzar” hacia ese Primer Mundo? ¿No será acaso que esas categorías de Primer y Tercer Mundo son una invención de los países “desarrollados” basado en su visión evolucionista de Desarrollo y en su idea de "superioridad occidental"? Estas ideas deconstructivas no son nuevas y han sido explicadas por el antropólogo colombiano Arturo Escobar en su libro “La invención del tercer mundo”.

Escobar sitúa el origen del concepto de Desarrollo y la calificación de “países sub desarrollados”, luego de la Segunda Guerra Mundial. Este concepto de Desarrollo implica considerar la existencia de países más avanzados, y que un elemento importante para la evolución es lograr niveles de industrialización y urbanización, así como la adopción de valores culturales modernos. Pero dicha noción también implica desterrar las antiguas instituciones sociales, las filosofías ancestrales, es decir todo lo considerado tradicional. Todo ello bajo un enfoque eminentemente occidental. Es decir nos enseñaron a ser tercermundistas.
–¿Alguna vez usted caminó con la cabeza gacha?

Sí, porque nos enseñaron a ser tercermundistas. Ciudadanos de segunda categoría, exportadores de materias primas, importadores de productos terminados... (Gastón Acurio, Diario La República, 17 de mayo 2009)
El mundo vive en la actualidad una crisis de las teorías del desarrollo. Carlos Ivan Degregori y Ludwig Huber en el ensayo “Cultura, poder y desarrollo rural”, explican que existen posiciones radicales que proponen rechazar de manera categórica la concepción misma de desarrollo. Se critica su origen occidentalizado y su connotación de modernización e industrialización, que en las últimas décadas han provocado efectos negativos como la depredación del medio ambiente, la exclusión y el aumento de la pobreza. Y hasta ser responsable del Cambio Climático.
Pero más allá de entrar a discusiones conceptuales, tomemos las declaraciones de Acurio para preguntarnos: ¿Existen otras alternativas de desarrollo para nuestro país? ¿Cuáles son y donde están? Si consideramos que Primer Mundo significa expandir las industrias extractivas en el Perú, fomentar una sociedad de consumismo excesivo, y adoptar las costumbres occidentales aspirando ser una copia mejorada de Estados Unidos, pues estamos en graves problemas.

Pero si miramos a nuestro alrededor, esa parece ser la visión de desarrollo que están implementando los diferentes gobiernos de turno. A veces se refleja en hechos cotidianos como las aspiraciones materiales por tener el último televisor LCD o de plasma; la necesidad compulsiva de tener el carro del año, o simplemente pagar 1500 soles por una entrada de primera fila para el concierto del artista del momento. Esas supuestas “necesidades” de las élites (a la que también aspira la clase media) forma parte de un modelo extractivista y de Sociedad de consumo que está en franca decadencia, tal como lo apunta el investigador uruguayo Eduardo Gudynas, de CLAES. ¿Ese es el Primer Mundo al que aspiramos las peruanas y peruanos?

Mmmmm…¿Desarrollo?

P: El problema es qué entendemos por país de Primer Mundo…
G.A: "Eso es lo más importante: definirlo. Yo no quiero ser Francia o Estados Unidos. Tenemos que mirarnos hacia adentro, reconociendo nuestra multiculturalidad (…) Tenemos todo para ser líderes en los paradigmas que regirán el mundo moderno: respeto al medio ambiente y comercio justo. Podemos crear jurisprudencia a escala mundial; eso es liderazgo, eso es estar en el Primer Mundo." (Gastón Acurio, Diario El Comercio, 25 de julio 2010)

Vayamos por partes. Acurio no cuestiona la visión evolucionista de Desarrollo. Solo pretende que cambiemos los viejos paradigmas por unos nuevos. Y eso significa seguir insistiendo en que nuestro camino inercial y natural debe ser hacia ese anhelado Primer Mundo. Asumiendo que estamos en un Tercer Mundo y que debemos seguir el mismo sendero económico y político que han seguido los demás países.

Es cierto que son rescatables sus menciones a la “multiculturalidad” (aunque sería preferible usar una categoría más adecuada como “interculturalidad”), el respeto al medio ambiente y el fomento del comercio justo. El tocar solamente el tema intercultural con el de construcción de identidad, en base a la gastronomía peruana, daría por sí mismo para un solo artículo. Pero vayamos a la mención de estos nuevos paradigmas: ¿cuestionan y confrontan verdaderamente al caduco sistema capitalista, mercantilista y extractivista? ¿O son solamente puntos de desfogue creados por el propio sistema, que se convierten en instrumentos paliativos que invisibilizan los antagonismos sociales existentes?

Y los síntomas de ese antagonismo se reflejan en la extrema pobreza que atraviesan miles de productores en el campo. Frank Boeren, representante de Oxfam en el Perú afirmó en la reciente presentación del Informe 2009-2010 de dicha ONG, que "nos sigue preocupando que en el Perú los pobres sigan siendo los mismos de siempre: pobladores rurales, indígenas y agricultores”. En el agro, los productores paperos simbolizan perfectamente ese drama.
“…pero quien la produce es un campesino que se pasa todo el año viviendo con una economía de subsistencia. Esa cadena injusta tenemos que solucionarla con un comercio justo. La verdadera revolución hará que un productor de papas nativas pueda venderla al mejor cocinero del mundo...” (Gastón Acurio, Diario El Comercio, 25 de julio 2010)

La solución no es tan simple considerando que en la actualidad en el Perú los Tratados de libre comercio, TLCs, se han convertido en los paradigmas de desarrollo económico. Varios ya entraron en vigencia, mientras que otros acuerdos más todavía se están negociando.  Es entonces que los programas de Comercio Justo se quedan solamente en buenas intenciones frente a los duros objetivos que plantean dichos TLCs. Se reducen al mínimo los espacios para la agricultura orgánica, se fomenta el retorno de los megalatifundios, se promueve la producción de agrocombustibles y se incrementa la masiva importación de alimentos, en desmedro de nuestra seguridad alimentaria. El reto pasa por cuestionar precisamente ese modelo de desarrollo basado en TLCs que ha implementado tanto el gobierno de García como el de Toledo. Entonces la “revolución” de la que habla Acurio pasa no solo por el aspecto gastronómico, cultural o económico, sino también por una dimensión fuertemente política.

Repito, no quiero ser aguafiestas. Estamos viviendo la fiesta de la identidad, de la gastronomía y de la mistura. Ciertamente las intenciones de Gastón Acurio son loables. Especialmente en el tema de la protección del medio ambiente y su rechazo categórico a los transgénicos. Aprovechemos su impacto mediático para empezar a discutir sobre el tipo de Desarrollo que queremos para nuestro país. Pero en esa receta de Desarrollo, aún falta mucho pan por rebanar, más fuego en el horno, más papa en el caldo. Se necesita identificar otros ingredientes que no son contemplados por esa receta. Quizá haga falta reescribir la receta y también cambiar de cocineros.



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